Actos de bondad cotidianos
La gran pregunta ¨¿Pude haber ayudado o no?”
No es mi problema.
A cuantos no nos ha pasado que nos piden ayuda y no la damos por alguna razón.
La pregunta que me hago es ¿cómo saber cuando sí pude haber hecho algo? A veces tuvimos un problema que no nos deja pensar en nada, a veces estamos contra el tiempo, a veces no tenemos dinero, a veces se percibe un riesgo en ayudar…
¿Cuáles más se te ocurren?
Mientras me comentas, vamos punto por punto de esos 4 casos y buscando solución a cada una de esas limitantes.
Tengo un problema que no me deja pensar en nada y no le di prioridad a lo que me pedían:
Primero hay que observar que tan seguido tienes un problema que no te deje a ayudar a otros.
¿A menudo, a veces, pocas veces?
Si a menudo tienes un problema… hay que trabajar la empatía primero en ti, para luego poder ayudar a otros. ¿Alguien te causa problemas o te los causas tu? Este tema da para más temas a tratar, pero te voy a avanzar un dato que te sorprenderá: El cuerpo humano tiene un mecanismo para ayudarte a cuidar las células del corazón contra el estrés.
Cuando más estresado estés, olvídate de ti por un pequeño momento y busca a quien ayudar. Puede ser algo pequeñito: esforzarte por sonreírle a un desconocido, mirar a los ojos, abrir una puerta, recoger basura, decirle algo positivo a alguien; o hasta algo más grande: defender una causa, oponerse de forma cortés a una injusticia, dar una buena idea a alguien…
Salir del enclaustro mental durante un problema, se siente un poco como meditar. En ese momento, abandonas el pensamiento negativo que te aumenta la hormona del estrés (cortisol) y le das un momento de respiro a tu cuerpo. Al ayudar a alguien, generas hormonas del bienestar y estas restauran las células de tu corazón. Suena bien, ¿no?
Si quieres conocer los detalles de estas investigaciones, aquí te dejo el link al video “Kelly MicGonigal: Como volverte amigo del estrés”: https://www.youtube.com/watch?v=x_DMyF3GjCk
Ella resume los estudios con estos puntos claves: 1. Hemos aprendido a definir el estrés como negativo 2. El estrés es una solución para afrontar retos 3. Cuando elegimos percibir el estrés como algo que es de ayuda, se crea la biología del coraje. 4. Cuando elegimos conectar con otros, estando bajo estrés, nos volvemos resilientes.
2. A veces estamos contra el tiempo
Para ayudar hay que tener tiempo o hay que tener prioridades.
Realmente todos debemos ir a nuestro tiempo. No te voy a sugerir que dejes tus sueños por ayudar, PERO sí te puedo invitar a experimentar que pasa cuando mientras construyes tus sueños a la vez te haces sentir presente en la vida de los que tengas a tu alrededor (persona, animal, planta, objetos). Documéntalo si puedes y por favor, CUÉNTAME!
3. A veces no tenemos dinero
Si te piden ayuda financiera y no estás en posición de aportar en ese momento puedes hacer preguntas sobre la condición actual, investiga más sobre el tema y organízate. En corto, mediano o largo plazo, puedes empezar a ayudar. Pero la idea es, no dejes de pensar en que sí hay algo que puedes hacer.
4. A veces se percibe un riesgo en ayudar…
Es verdad que a veces hay personas que quieren abusar de la bondad de otros. Sí hay que desarrollar ese sexto sentido para decidir con sabiduría cuando ayudar. No estamos exentos a caer en trampas o engaños. Si no te sientes seguro, observa la causa, persona o situación por el tiempo que necesites antes de dar algún paso.
Si crees que tu brújula interna está descalibrada y no puedes “ver” bien, es una gran observación. Antes que ignorar esta observación, intenta reconectar contigo a través de la meditación por algún tiempo. En el momento justo, entenderás de donde viene la razón por la que tenías algo de ceguera.
Cuando ves el riesgo, pero determinaste que es mínimo y te animas a ayudar muchas veces la experiencia es maravillosa. ¡Te voy a contar una historia de este tipo que viví hace unos años en la estación de tren de Zurich en un vídeo próximamente!
Si llegaste hasta aquí, te doy gracias! Ahora que tienes algunas ideas sobre como ayudar a otros de forma simple, me gustaría invitarte a que empieces hoy mismo: observando y observándote. No olvides dejar tus comentarios!